lunes, 25 de febrero de 2008

La delincuencia la Produce el Sistema Capitalista.


Notas sobre el sentido común criminológico.

Detienen a un ex miembro del Frente Patriótico Manuel Rodriguez en un operativo anti marihuana. La UDI (Unión demócrata independiente) reacciona indignada ya que se trataba de un ex preso político indultado por el gobierno hace un par de años. Sus antiguos camaradas consultados por los medios declaran que “este sistema es el que produce la delincuencia”.

La opinión del vocero del MPMR (Movimiento Patriótico Manuel Rodriguez) no es algo que deba quitarnos el sueño ya que sólo es el continuador de un nombre que corresponde a la facción de la facción de la facción. Sin embargo su opinión, en este punto, coincide con la de la mayoría. Sólo unos cuantos fanáticos neo espartanos consideran que la delincuencia es producto de los instintos antisociales de algunos individuos alojados en lo más profundo de su material genético o que responden a traumas infantiles.

Son tanto los delitos que se prescriben, por tantas y dispersas normas, que quien pueda recitarlos todos sería a propósito de una sabiduría autista. Todos sabemos que si un policía quiere multarnos en un control caminero lo hará: El Derecho le permite incluso contar los parches curitas, los apósitos, la resistencia de la cinta adhesiva, el volumen del alcohol y el agua oxigenada, etc. Si el Ministerio Público quiere hacerle la vida imposible le aseguro que le encontraran un delito, personalizado, a medida de sus posibilidades, por el cual formalizarlo, criminalizarlo y transformar su vida en una miseria. Recuérdese que a Alfonse Capone se lo encarceló por evasión de impuestos y a Pinochet se lo procesó por falsificación de pasaportes.

Que nadie se declare exento, que nadie diga “yo respeto la ley, la delincuencia es asunto de otros”, es imposible tener la convicción de respetar normas que se desconocen. La propia ley se preocupa más de ésto de lo que usted cree y sanciona el alegar su desconocimiento. Es por eso que quienes caen en el precipicio de la delincuencia son aquellos que están en una situación de vulnerabilidad que los hace presa fácil del control policial y que carecen de la habilitación social para lidiar en el kafkiano sistema penal.

¿Acaso cree usted que las policías investigan? ¿Que llegan a su casa a registrarla después que compra un DVD pirata o que falsifica ideológicamente una factura para abultar los gastos de la empresa? Cómo decía André Malraux en la Condición Humana “la única arma de la policía es la delación, el delincuente que actúa sólo no corre el riesgo de delatarse a sí mismo”. Quien está exento de las preguntas de la policía, cuenta con altos muros perimetrales, mastines sueltos en el jardín, buenos abogados, dinero, en fin, poder, sepa que se encontraran muchos culpables de sus fechorías antes que siquiera toquen a su puerta. Si el sistema es el causante de la delincuencia las experiencias de los socialismos reales – en donde en vez de terminar la “delincuencia” aumentó - nos dejan en la siguiente encrucijada: O la afirmación del sentido común es falsa o los socialismos reales consistieron en variantes políticas capitalistas.

Ninguna de esas alternativas hace conveniente que los que hoy se dicen anti capitalistas responsabilicen al “sistema” de la delincuencia: Es comprensible que entre tantos puzzles mal armados que la pieza de la delincuencia también les sobre.

Pienso que los socialismos reales fueron – y son – variantes políticas del capitalismo, o según la jerga es una mera cuestión súper estructural, pero eso no significa que la afirmación “la delincuencia es producto del sistema” sea válida de inmediato. Me explico: en primer lugar se debe ser riguroso al definir “sistema” o de lo contrario concluiremos que todo y nada es producto del sistema; si identificamos al sistema como capitalista o neo liberal debemos hacer lo mismo o el problema será idéntico; debemos definir el concepto delincuencia; por último debemos presentar evidencias de sociedades en que que no existió delincuencia y no existía aquello que denominamos sistema.

No voy a cometer la imprudencia de seguir el escabroso sendero descripto, tampoco me corresponde a mí hacerlo puesto que no es un argumento que suscriba, sólo me referiré a algunos asuntos: Si definimos delincuencia en los términos acotados de la modernidad capitalista es falaz argüir que ésta es producida por aquella; si la definimos como la infracción a las normas criminales – me refiero a realizar una conducta al cual la ley le asigna una sanción penal – me pregunto ¿quién puede decir que nunca ha cometido un delito? (recuérdese que es delito conducir automóbiles en estado de ebriedad y más del cincuenta por ciento de los choferes chilenos reconoce hacerlo con frecuencia); si el delito es causado por la pobreza ¿cómo es posible que la delincuencia se haya mantenido estable en aquellos lugares en que los sistemas de seguridad social y el pleno empleo la suprimieron?; Si es causada por la sociedad industrial capitalista industrial (en un intento de regular la oferta de mano de obra como lo afirmaba Rusche) o si se trata de un medio de disciplinar a la mano de obra industrial, real o potencialmente (tesis de Foucault)¿cómo es posible que existiera y exista en lugares en dónde aún no se localiza ninguna industria, en economías de subsistencia, agrícolas e inclusive esclavistas?.

Tenemos basta evidencia de relatos de procesos criminales en Egipto, Súmer, Asiria, Akar y en cada una de las civilizaciones posteriores, y de normas criminales escritas, y carecemos de evidencias de sociedades complejas que se hayan desarrollado ajenas a una reacción social violenta de la desviación e inclusive son escasas aquellas en que esa reacción no fuera institucionalizada.

Desde luego que en esas sociedades existía “pobreza” pero eso no nos dice nada respecto a la etiología de los actos criminales: El asesinato ha estado prohibido – en principio – en prácticamente todos los sistemas criminales legales que conocemos y sólo una fracción de ellos es producto de una motivación económica; la brujería era un delito que no estaba reducido a sancionar estrcitamente a los carenciados; del mismo modo su equivalente contemporáneo – tráfico y consumo de estupefacientes – que aunque afecte como en todo delito preferentemente a los más pobres no los afecta en exclusiva.

Desde que se instituyeron las normas que consagraron la igualdad ante la ley, los poderosos pueden – en principio – también ser criminalizados. No son casos frecuentes pero sí son lo suficientemente conocidos y sobre todo, por aquellos que dicen que “el sistema produce la delincuencia”: Todos los condenados por violaciones a los DD.HH durante la dictadura Pinochetista, aunque sean tratados con excesiva indulgencia, representan una seria objeción al lugar común que he descripto. En suma, el argumento “el sistema produce la delincuencia” les sirve algunos como a otros el de “mi tarea se la comió el perro”, pero en cualquier caso no dice nada acerca de nada.

No existe aún una teoría que resuelva las objeciones que he relevado en contra del sentido común. A la sociología no parece molestarle y frecuentemente se refieren sus cultores a este asunto con el mayor de los desparpajos. No existe una línea clara que delimite el saber vulgar del saber científico. Para los abogados el asunto es más sencillo puesto que comprenden a cabalidad la complejidad de la situación relatada pero no es su rol el tener que racionalizar su labor cotidiana produciendo teorías sobre esto o lo aquello. La academia dedicada a formar a los futuros jurístas sí ha producido abundante bibliografía que trata del asunto pero una modestia excesiva y en algunos casos, la falta de una formación más ámplia les impide comprender que es aquí en donde se encuentra el nudo gordiano de la sociedad actual.

La respuesta a la pregunta ¿qué es la delincuencia? Se encuentra estréchamente vinculada con la de ¿qué es el Estado? Y por ende nos acerca a la discusión de los pioneros de la crítica social quienes sin ambagues se oponían al Estado, ojo a cualquier ESTADO. La lucha no es en contra de la forma que toma el Estado en nuestro momento histórico porque podemos ser anti capitalistas y defender la vigencia del feudalismo o alguna forma novedosa de gobernar la sociedad mediante la extorsión.

El Estado es la institución que produce las normas jurídicas y las normas jurídicas sólo se constatan mediante la criminalización. Tanto la criminalización como la institución destinada a ejercerla se mueven por carriles diversos tanto de las normas formales que memorizan los estudiantes de derecho como a las instituciones que aprenden los futuros sociólogos.

Una teoría crítica útil para terminar con toda opresión en la humanidad debe ser capaz de describir el mundo tal cual es independiente de que lo que veamos luego nos guste o nos repugne. Es más bello quizá un sucedáneo metafísico, que intente mezclar arbitrariamente lo que es y lo que queremos, pero ese camino ha sido fecundo en fracasos por más de cien años.

Pienso que la forma de demostrar algún compromiso con la transformación de la humanidad es admitiendo el fracaso de la crítica y de la acción política antisistémica e intentar remediarlo.

¿Queremos ir a algún lugar? Tenemos a la razón para guiarnos. Pero, la razón es instrumental... o diablos, qué hacemos; Dios ayúdanos, envíanos una comitiva, alguna revelación: La razón “instrumental” es la razón, es la que tenemos, y ella nos sirve tanto para transformar al mundo como para conservarlo. Disponemos de ella mientras luce nuestra convicción y renunciamos a emplearla cuando la poltrona ha adormecido nuestros músculos. Quien aún no haya “jubilado” que use a la razón como a un martillo o a un taladro y que vea el asunto con la claridad de Maquiavelo. Quien quiera mantener las cosas tal cual están que se dedique a adiministrar y a comandar la reproducción del saber precario sobre el asunto pero de mucha utilidad para sus propósitos; del mismo modo inútil para los que queremos lo contrario.
viernes, 22 de febrero de 2008

Política o Cuentos de Hadas.


Algunos Saben, otros nos Gobiernan.

Se supone que vivimos en una sociedad laica. Se supone que cada uno puede hacer lo que quiera mientras no afecte a otro. Las incontables cruzadas, militares y morales, en contra de la delincuencia, de algunas drogas, de la prostitución apelan sin embargo a una superioridad moral , es decir, a un promontorio desde el cual se observa, escruta y juzga. Los fundamentalistas, asumidos y no asumidos, apelan a los universales: La verdad y la justicia, que se confunde cómicamente con su verdad y su justicia.

La modernidad se ha construido desde el escepticismo frente a los universales: La verdad es una conclusión provisional y refutable y que tiene sus fuentes en la experiencia; la justicia está muy lejos de cualquier verdad provisional posible.

Independiente que se adhiera a estos axiomas, desde que apagamos el despertador hasta que apagamos la luz o el televisor antes de dormir, toda nuestra vida se encuentra sujeta a la tecnología derivada de descubrimientos e inventos obtenidos por personas que sí los suscribían. Sorprende que sea necesario plantear todavía estos asuntos hasta la majadería, pero hoy es más necesario de lo que quizá fue nunca: Millones que se conectan a la Internet dicen ser escépticos pero no de los universales sino que de los fundamentos que hacen fructífero cada enter y cada click. El fundamentalismo es una pandemia de la cual sólo se habla de su versión oriental más no de la monserga liberal-irracional que se hegemoniza.

Los pilares de nuestra modernidad no son nuevos universales es decir, no valen para cada época ni para cada proyecto social, y por ende no se pueden oponer como amuletos defensivos. Valen siempre y cuando queramos vivir más años, comer más y hacer más productivas nuestras labores. Pero esas metas ni han sido las perseguidas por todos los hombres ni tienen por qué serlo. La gran debilidad de la verdad provisional está en que pese a ser eficiente en modelar al mundo al antojo del ser humano no satisface la angustia existencial como sí lo hace cualquier religión por más burda que nos parezca. Los éxitos de la ciencia son evidentes al igual que sus supuestos y pese a acotar paulatinamente los misterios que nos acechaban nada indica que siguiendo su senda lleguemos a saberlo todo. Quien piensa como científico debe renunciar a la verdad primera y a la verdad última; pese a que existan científicos que profesan algún culto y que muchas veces sus dogmas se cuelen en sus trabajos – como en Einstein – sus conclusiones sólo valen para la ciencia cuando han respetado las normas autónomas de sus colegas. En la ciencia no existe la revelación, y aunque las grandes teorías hayan surgido de experiencias similares a la revelación divina, a las que accede de vez en cuando el cerebro humano, sólo el poder explicar a otros permite inscribirse en el acervo científico.

Si la verdad es provisional las normas morales y jurídicas deben asumir tales axiomas, de lo contrario nos encontramos en una esquizofrenia. A fines del siglo XIX se pensaba que la sociedad se desarrollaba y es más, evolucionaba. El Estado Nacional, racional, de Derecho, basado en la igualdad ante la ley, la sujeción de todos – gobernantes y gobernados – a las mismas normas fundamentales, neutro en materias religiosas y morales pero comprometido con el progreso y la modernización, era un punto en el horizonte que cada vez se hacía más grande y que todo dependía de la velocidad del viento el llegar tarde o temprano a su rivera.

El Nazismo, y la campaña aliada para combatirlo ideológicamente, pusieron de manifiesto la barbarie que encerraba el progreso o más bien, de qué modo la barbarie permanecía en latencia en las monumentales creaciones de los juristas modernos y progresistas.

Todos somos iguales, todos votamos por igual ¿y qué pasa si elegimos a Hitler? ¿o a W.Bush? ¿O a Bachelet?

Lo que sucede es que sólo una minoría ha conseguido vivir sin dioses y no desvelarse entonces el discurso racional sólo apela a unos pocos quedando los demás expuestos a ser conducidos por profetas que apelen al corazón es decir, a la bestia más o menos dormida que mora en cada uno de nosotros.

La verdad es provisional por lo tanto debemos ser tolerantes con todos puesto que ni tenemos LA VERDAD como tampoco la tienen otros. La verdad científica por otra parte, se hace valer independiente de que quieran o no sujetarse a ella: No existe nadie preso por vulnerar la ley de la gravedad. La tolerancia sólo opera con normas morales y éticas y su consagración implicaría la inexistencia de toda norma.

La “tolerancia” de la cual se habla en nuestra sociedad, minuciosamente regulada, consiste en matizar la regular intolerancia.

Lejos han quedado aquellos días en que se pretendía abandonar algún día la penosa práctica de orinar en contra del viento: El castigo es más intenso y frecuente de lo que había sido en cualquier momento de la historia. La represión a los instintos animales – a algunos instintos solamente – a la mayoría de los hombre permite la satisfacción desenfrenada de esos mismos instintos a un pequeño grupo que dice hacerlo por el deber.

De la igualdad ante la ley, si alguna vez tuvo algún significado, hoy no queda nada.

Sin embargo la mala educación alcanza incluso a los que destinan ingentes recursos a evitarla: Instituciones llamadas de “educación superior” enseñan por una puerta la Ciencia y por la otra el burdo remedo que se denomina Ciencias Sociales es decir, a algunos les dicen que la verdad es provisional y a otros los instruyen en una batería de argucias para evadirlo.

El resultado es que quienes gobiernan el mundo son formados en el viejo arte de manipular el corazón de los pueblos y eso incluye el de los científicos.

No se trata de que la ciencia nos trajera la barbarie sino que ella no ha conseguido gobernarla. Quienes gobiernan sólo les basta la sed insaciable de las ratas y un par de argucias viperinas. Lamentablemente la pluma no es más fuerte que la espada, ni de los fantasmas, ni de los genitales.

Si miramos por la ventana e intentamos describir lo que vemos muy pronto nos daremos cuenta que no existe democracia formal, ni igualdad ante la ley, ni estado de derecho y que por lo tanto alguien miente dos veces si lo que pretende es la vigencia de una democracia sustantiva, de una igualdad real o un estado constitucional de derecho. El juego consiste, para esas ratas viperinas, que uno mire hacia donde apuntan mientras ellos se apoltronan.

Que el vulgo, barbárico, mísero y atávico, sea encuestado respecto a sus aficiones y perversiones, o si le agrada menos este payaso o el otro para que orqueste el circo de las formalidades (o el culto “civil” de nuestra pretendida sociedad laica) no significa que el pueblo gobierne. Significa solamente que es testeado permanentemente para saber exactamente cuánto pan y circo precisan para subsistir, reproducirse y enriquecer a otros.

Si algún sistema de gobierno rige en nuestra sociedad es el de las “sociedades anónimas” o Corporaciones (como las llaman en otros lugares): Cada quien vota en proporción al porcentaje del cual es dueño. Y ser dueño es DOMINAR, no refiere a papeles sino que a actos. No refiere a leyes escritas ni consuetudinarias refiere a situaciones que no se pueden alterar sino al costo de una guerra. Y se domina sobre riquezas naturales apropiables, sobre teconología, sobre mano de obra, sobre consumidores o sobre dominadores de cada una de estas áreas, es decir un Holding. Nadie domina sobre naciones, ni municipalidades ni circunscripciones.

Entonces, de qué patraña me hablan cuando dicen que hay que cambiar tal ley u otra. Ese lenguaje es propio de aquellos que creen que la ley de gravedad es un acuerdo.

Lenguaje de ratas viperinas aprendido con apuro por quienes dicen combatirlas: Viles esclavos recolectando firmas para aceitar las cadenas que los sujetan.

Y están los otros, aquellos que nada les basta y apelan a una totalidad comprensible sólo por ellos. Aquellos que apelan a los universales enchulados, a su gusto: Barroco y sobrecargado.

Quien recién aprenda recite esta lección como un mantra: Nadie tiene la verdad MENOS EN CUESTIONES MORALES. El Derecho no es ni el sentido común puesto por escrito, ni una técnica para realizar la justicia, ni un acuerdo entre los hombres (representativo de todos los hombres), ni la moral respaldada por la fuerza.

No existe la brecha entre ley vigente y ley aplicada sólo existe la aplicada y tal cual es aplicada. No existen instituciones legales ni estas actúan dentro o fuera de la legalidad porque la legalidad es la que se aplica, tal cual se aplica y las instituciones son quienes las aplican. De qué Liquid Paper me hablan; de qué adiciones, interpretaciones y teorías ad hoc: La realidad ni se turba por la papelería y menos por los gusanos de papel y las sanguijuelas de tinta.

Y la realidad es que pese a lo disparatado del mundo algunos lo tienen del mango y no somos nosotros. Sólo se nos pedirá la opinión si aprendemos a exhibir nuestras cadenas con orgullo para que nos inviten a comer de sus migajas.

Los mejores asesores son los esclavos no asumidos, a los esclavistas los traiciona el escaso saber empírico de la pobreza. Solo un pobre, o ex pobre, piensa como tal y da con las claves para que el mundo siga girando y girando sólo para unos.

Basta de tenerle miedo a la ciencia y a sus conclusiones, témanle a los moralistas, a todos quienes vienen con la basura de que todos debemos hacer esto o aquello.

El asunto es simple: Si los pobres quieren organizarse en aras de terminar diez mil años de opresión civilizada, el que lo hagan por capricho, por interés o por resentimiento es irrelevante. Lo precioso es que QUIEREN y es esa voluntad la que por sí misma obtendrá el saldo, el que PUEDAN. Los trabalenguas filosóficos a las ratas viperinas, a los gusanos de papel y a las sanguijuelas de tinta y las revelaciones, a un lugar en donde no estorben.

Pienso que se le dan muchas vueltas al asunto y todo es tan sencillo como definir si haremos política o cuentos de hadas.

martes, 19 de febrero de 2008

Cuba y Fidel:

La Historia y la Historieta.

Para discrepar, se necesita una base de consenso: Convengamos que el mundo en que vivimos no es el mejor que quisiéramos; convengamos también que desde que civilización existe la situación ha oscilado entre la miseria de unos y la opulencia de otros. No han existido “islas”, al menos así nos enseña todo lo que conocemos. Unos gobiernan y otros obedecen. Algunos dividen entre poder, dinero y estatus pero lo fundamental es el poder, es aquello que divide a unos y otros: Unos mandan y otros obedecen, si mandan porque tienen dinero o porque impresionan o intimidan es harina de otro costal. Lo que hace la diferencia es que unos PUEDEN y otros no PUEDEN.

¿Qué diferente ha sido de todo la experiencia cubana? En absoluto.

Para quienes se toman muy en serio los envoltorios en donde se nos quiere vender la injusta e inhumana humanidad actual la diferencia es ostensible.

Discrepo de los defensores de la historieta que quieren vender a la Cuba de los últimos cuarenta años como un ejemplo para quienes queremos emancipar al hombre: Una Cuba heroica que lucha contra un implacable e injustificado bloqueo económico. Una especie de Esmeralda que se mantiene a flote a pesar de los espolonazos.

Discrepo asimismo de los defensores de la historieta inversa, la de la Cuba antidemocrática, opresiva, violadora de los DDHH. Una dictadura anacrónica, brutal y condenada a la desaparición.

Pienso que la liberación del hombre empieza en el cuerpo, en el domicilio en el metro cuadrado. No termina allí, empieza.

Ni dioses, ni caudillos; ni padres, ni padrinos; ni ídolos ni idólatras; ni justicieros ni mártires.

Ya mucho sufrimiento han dado los gobernantes de la furia, los capitanes de la animalidad.

Un mundo diferente nos exige un cambio inédito.

Es un cambio mayor al que se puede acceder desfilando con el puño en alto: Requiere trabajo, trabajo, trabajo, y desde luego voluntad e ideas.

Sin embargo nos quieren envenenar la mente diciéndonos que todo pasa por lo más primitivo, por buscar ídolos y tornarnos en idólatras. Lo más primitivo para lo más civilizado que se haya emprendido; para el proyecto más ambicioso, bello y sublime.

Y ya escucho llorar a las viudas de Castro, y veo como se incorporan sin problemas al harem de Chavez.

Que triste, por suerte no se cifraron esperanzas en ninguno de ellos.

Y para quien tenga dudas inocúlese con la verdad, si, la verdad aún existe; Compruebe cuántos presos hay en Cuba y si hay balseros que zarpen en Miami; infórmese en qué momento se transformó el movimiento de liberación nacional cubana en una revolución de inspiración marxista.

Coteje estos datos y si se ha emancipado de las historietas sea sincero después: Declare si quisiera vivir a lo “cubano” o a lo “chileno”.

Nuestro país es un lugar de mierda, más de la mitad vivimos como inmigrantes, y hasta peor. Pero no se me ha pasado por la mente subirme a unos flotadores en Cartagena y perderme. Harto falta para eso, mucho más de lo que viviremos. No se trata de embargos, de gringos malos, rencorosos e imperialistas.

Cuba no es Masada, nunca lo fue, nunca lo será.

Su soberanía, su educación, su sistema de salud, no le ha dado felicidad a ellos ni nuestra inmundicia a nosotros.

Y ni por lejos ha disminuido la brecha entre los que pueden y los que no pueden.

jueves, 14 de febrero de 2008

La Seguridad.




miércoles, 13 de febrero de 2008

Informate, Subverso

domingo, 10 de febrero de 2008

Sirviendo a dos Amos.

(Al Maestro con Cariño)

Criticar a mi ex Profesor Carlos Peña es difícil, no por el temor reverencial sino por su capacidad de defender varias causas al mismo tiempo. ¿Contradicciones? no, complejidad dirán. Pero yo me inscribo en la tradición que sostiene que la complejidad no es contradictoria; en el mundo hay belleza y un evidente humor negro pero eso no quiere decir que vivamos en una paradoja. Si servimos a dos amos aunque nos esforcemos no podremos serle fiel a ninguno; y si lo hacemos en un texto creo que aún no se ha derogado el principio de no contradicción y podemos utilizarlo para acusar el resultado cero de una suma.

No le tengo miedo a leer el Mercurio, sus eternas conspiraciones no me alcanzan y sé que no le puedo pedir algo distinto, lo que me pasa es que me cansa y en especial las crónicas de Carlos Peña. Me las sé de memoria, tal como cualquiera de sus ex alumnos. Comienzan con un título sugerente y una bajada para el bronce, luego se hace gala de una serie de lugares comunes dentro de un contexto cultural distinto al de los lectores de el Mercurio condimentadas con citas apócrifas de textos prohibidos durante la dictadura, concluyendo con una apelación teológica a Kant.

El público que lee sus prepicados se siente dispensado de pensar por sí mismo y de leer textos diabólicos ya que por seiscientos pesos y cinco minutos podemos acceder a una infusión de Montaigne, Adorno, Benjamin, Bukowsky o cualquier otro autor póstumo que goce de una celebridad contemporánea de best sellers, y que pensaban todo lo contrario a Carlos Peña. Si juntamos todas sus crónicas nos encontraremos con una versión criolla del libro de las virtudes de William Bennett. Pero esta vez no se trata de Martí o Guy de Maupassant llevando agua a los molinos de los neo conservadores estadounidenses, no queda claro para qué tanto verso si de lo que se trata es solamente de aumentar los ingresos y la fama ¿Será para agobiar al lector? ¿Para vencerlo en un torneo escolar?

La falta de una dirección clara, y o el servicio al mercado de envoltorios de pescados y del pensamiento en forma promiscua, es lo que hace sus textos complejos: Digo complejos de leer entre el viento salado y los niños haciendo castillos de arena al lado de uno. Complejos para quienes creen que Adorno es un adorno y Bukowsky un defensa central del Dinamo de Kiev. Lo suficientemente complejos, lo calculadamente complejos, para que estos lectores - que constituyen su público objetivo - le concedan la franquicia de referirse sobre cualquier tema y el privilegio de citarlo en cada reunión anti intelectual para pavonearse como el más intelectual de todos.

En la crónica de este domingo Peña se refiere al ex general Santelices. La crónica está ubicada al final de la entrevista exclusiva del renunciado, y la bajada es una muestra de la diversidad del el Mercurio ya que se pone en contra del editorial, de las declaraciones públicas de la Alianza, de Viera Gallo, de la iglesia católica y del propio ex juez Juan Guzman que conoció el caso.

Es que Peña es un tipo polémico, un iconoclasta. Muchos estarán hablando en su contra pero concediendole algo más que el beneficio de la duda; entre paréntesis dirán que por eso - y otros incidentes parecidos - lo tienen vetado para sentarse en tolerancia cero de chilevisión.

Pero el artículo en ningún caso se trata de una crítica a la opinión publicada nacional, o a la iglesia, o una defensa a los vengadores de los DDHH. No, es sólo la teología laica al que Peña nos tiene acostumbrados. Todo se trata de que él, el continuador legal de Kant, dictamina que todos estamos obligados a la santidad; hasta dice que legalmente estamos obligados a elegir morir si la otra opción es matar.

Teología y además, integrista y fundamentalista.

Ruperto Concha en su crónica radial de este domingo decía que en noviembre de 2008 se definía el futuro de los EEUU, y por ende de la humanidad, puesto que se dirimía si seguiríamos determinados por los fanáticos religiosos o por laicos. Sin embargo omitió que Obama es un fanático religioso tanto y más que sus contrincantes ¿La opción sería Clinton?

No, al igual que el diablo, dios - su más burdo imitador - cobra diversas formas. Carlos Peña es una fiel demostración de cómo se puede seguir dando sermones mientras se dice que se está emitiendo un juicio independiente e intelectualmente irreprochable.

La peor ideología es la que se considera a sí misma como no ideológica; la peor política la que se dice apolítica; el peor sermón, el del ateo.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La lucha por la vigencia de los DDHH.



Un militar de diecinueve años condujo a prisioneros a la muerte hace más de treinta años, cuando era un conscripto, menor de edad (la mayoría de edad era 21 años), en pleno estado de sitio, y hoy debe dejar su puesto de jefe de la guarnición de Santiago sin que exista una condena en su contra. Era uno de los generales más importantes del país y había sido ascendido con la venia de la Ministra de Defensa de la época, la actual presidenta Bachelet.


El jefe del ejército valoró el acto de grandeza del general Santelices por haber renunciado, a ese reconocimiento se sumó el gobierno. Los grupos defensores de los DDHH consideraron por su parte que no había nada de grandeza en su gesto puesto que era lo mínimo que debía haber hecho. Agregaron además que el ejército muestra de ese modo su compromiso porque nunca más se comentan atropellos a los DDHH e instaron a que vuelva a ser una institución de todos los chilenos.


Quiere decir que según los defensores de los derechos humanos es sano que un general renuncie por que le son imputados delitos que aún no son acreditados. Habría una jerarquía en los DDHH en que la vida de los asesinados en la caravana de la muerte vale mucho más que los derechos civiles del general Santelices como el principio de inocencia. (Quien no es condenado por un delito debe ser considerado inocente y tratado como tal)


Sin embargo tal jerarquía es inadmisible: Los DDHH sólo valen si todos ellos se respetan, no vale el incumplimiento de uno en desmedro de otros. A esto se le llama principio de indivisivilidad de los DDHH.


No vale el respeto de los derechos civiles y políticos mientras se conculcan los derechos económicos, sociales y culturales. Esta es la razón de fondo por la cual, en el actual momento económico, político y social de la humanidad, los DDHH son sólo un anhelo político de aquellos que los asumen como una convicción moral. El perseguir su respeto técnico, forzado, leguleyo, hipócritamente despolitizado y artificialmente fragmentado, no es sino una instrumentalización de los DDHH. Es valerse del poder del Estado para criminalizar a aquellos sujetos que se encuentran vulnerables ante él; es usar el mismo viento que antes nos soplaba en contra para agredir a otros ahora que nos sopla en la espalda.


El uso de los DDHH como una herramienta de tormento conspira contra una cultura de los DDHH ya que muchos lo asocian a meras normas penales.


Por otra parte no puedo comprender cómo aquellos que consideran que el Estado es el representante de la clase social dominante recurren a éste para que haga justicia en un mundo esencialmente injusto.


Creo que la lucha por un mundo mejor principia en declararse en contra de todo poder abusivo y dejar de ser cómplice de ellos. Los militares SIEMPRE van a violar los DDHH, al igual que las policias, esa es su razón de ser. Militares insertados en la sociedad me dan más miedo que los que viven aislados. El Estado, los gobiernos y las leyes, seguirán dándole la razón al más fuerte como siempre lo han hecho y si me dan hoy la razón a mi yo estoy dentro de los más fuertes.


La lucha por la vigencia de los DDHH comprende la obtención de lo inédito y la política es el arte de hacer posible las cosas imposibles.


Basta de despolitizar los DDHH, basta de prestarse para la instrumentalización que de ellos hacen los gobiernos y las ONG. Los DDHH comprenden el catálogo moral de gran parte de la humanidad que debe unirse para construir un mundo en que sea posible su vigencia.
lunes, 4 de febrero de 2008

Hoy estamos bien, Mañana Mejor.



Tal como lo sabíamos hace bastante, la economía mundial nuevamente está en crisis. El capitalismo es un sube y baja; o se crece o hay recesión, no existe un punto intermedio. Para los que vivimos en el fango la nueva crisis nos sorprende con el lodo hasta el cuello y mejor ni pensar de lo que se nos viene. El verano "tonto" contribuye con su estridencia de impúberes semi desnudos bailando a toda hora; y con sus padres asoleándose en las playas de moda. Todo bien, el dólar bajo, permite gastar el dinero sudado en Chile en cualquier otra parte sea viajando, para hacer en otra parte lo que hacemos siempre, o comprarse la última chuchería importada. En un pequeño recuadro que hay buscar con lupa se esconde la recomendación de algún economista, que no ha tomado vacaciones, que hay que cuidar el trabajo ya que el fin de año se viene duro. Pero, qué importa el fin de año, quedan muchas 24 horas y buenos días a todos para eso: El hoy es lo que importa y el dólar bajo nos acerca el primer mundo con sus artefactos y placebos.



El juego de la ruleta nos deja nuevamente en calzoncillos y se entrevista a los croupiers para que nos aconseje en invertir las últimas fichas. Se promete aumentar las pensiones y los titulares se apuran en consignar guarismos sin deducirles la inflación. El precio de los alimentos aumentaron un 20% y gracias a la inflación los ingresos de la mayoría de los chilenos disminuyó al menos un 15% en el último año; los más ricos gastan menos proporcionalmente en alimentos lo que los hace beneficiarse en términos relativos. Los intereses suben y los endeudados también; los fondos previsionales se van por la alcantarilla mientras la bolsa registra pérdidas y los "expertos" recomiendan seguir en la bolsa ya que bienaventurados son los que esperan. Qué consuelo, la pobreza y la candidez nos acerca a la santidad. La sequía por último, promete nuevas alzas en los alimentos, cesantía, migraciones campo ciudad, etc. El gobierno promete mano dura en la seguridad pública, cómo si alguna vez haya existido mano blanda, cuando el escenario económico mundial y local auguran un año movilizado.



Vidal y Viera se entretienen mientras como una pareja de cómicos callejeros. Viera dice que los militares que asesinaban compatriotas en su guerra sucia sólo recibían órdenes de los superiores así que hay que comprenderlos. Años de campañas para que nuestros tribunales acogieran el principio de la obediencia debida para que Viera lo desconociera todo. En una semana se le olvidó dos veces que las resoluciones judiciales no se discuten puesto que ya había hecho lo mismo al considerar injusta la sentencia que condenaba como terrorista a Patricia Troncoso. Vidal le recordó que donde manda capitán no manda marinero y luego salieron los dos de detrás del telón para recibir los aplausos. En una semana dos veces actuaron como el cómico y su comparsa, o más bien como el policía bueno y el policía malo: Vidal agrede, y Viera-Gallo se conduele. La derecha y la izquierda se confunden ya que no saben si responderle al malo o al bueno pero en ambos casos la izquierda se confunde aún más.



Aucan Huilcamán clarifica que el término de la huelga de hambre de la "Chepa" es parte de una batalla más grande que pretende la recuperación de los territorios usurpados por particulares que actuaron en connivencia con el gobierno chileno. De esos terrenos sólo 150 000 hectáreas fueron perdidos en la dictadura. Pero los mapuches no tuvieron una relación excelente con Allende ni traumática con Pinochet. Huilcamán dice una gran verdad pero debemos tener cuidado en cómo interpretamos ese secreto a voces: Pinochet se preocupó de que los predios agrícolas fueran explotados y para eso había que clarificar quién era el dueño. Muchos se apuran en acusar a Pinochet de revertir la reforma agraria comenzada por Frei siendo que no hizo otra cosa que consolidarla. El asunto es paradojal ya que muchos terratenientes históricos son acérrimos pinochetistas pese a no haber recuperado sus predios con él: Piensan que el dictador les precavió de un mal mayor o simplemente les agradaba por ser de Chanco y dar instrucciones al país como si se tratara de un fundo. Pero los campos en Chile se están dividiendo desde el tiempo de Andrés Bello. Desde que el código civil suprimió los mayorazgos y las vinculaciones. Luego la alianza para el progreso recomendó la reforma agraria que recién se comenzó con Frei pero que se planificaba desde mucho antes. Los izquierdistas sin embargo actúan como si todo lo que estoy diciendo, y es parte de información pública y conocida por muchas personas, no fuera así: Los mapuches no reivindican terrenos sino que territorios y la reforma agraria - paradigma de la racionalización capitalista - es la gran obra de Allende que luego Pinochet borró con el codo. Lo peor, no quieren reconocer la relación que existe entre la pérdida de terrenos mapuches con la reforma agraria. Toda reforma agraria pretende explotar terrenos que se encuentran improductivos y desde esa lógica, capitalista desde luego, muchos de los predios mapuches entraban – y aún entran - en esa categoría. De territorios, las pinzas: El auto gobierno es el tejo pasado que se utiliza para negociar, con devolución de terrenos les basta y les sobra, al menos, a la mayoría de los mapuches.



Volodia es enterrado con honores de Estado y todos se conjuraron por canonizarlo, salvo Nibaldo Mosciatti (hijo) de radio Bio Bio, quien recordó entre otras travesuras la falsificación de los diarios de Carlos Prat. Falleció en el hospital clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y en el noticiero del canal de televisión de la misma institución se señaló que "algunos lo sindican como uno de los que llevó a Chile a su quiebre institucional". Al PC se le puede reprochar tibieza e incluso de excesiva indulgencia con aquellos que pretendían frenar a Allende pero ¿decir que fueron causantes de algo? ¿y llamar a un golpe de estado "quiebre institucional"? Sólo en verano pasan estas cosas, entre el calor y el río revuelto de los reemplazos, aparecen por arte de magia los más retorcidos pensamientos que en épocas normales seguirían en latencia. Y Volodia, otro prócer santurrón que se va a un paraíso verde oliva, al menos así se lo dice Fidel "los grandes van al mundo de las ideas". Algo me huele a Platón, y algo me dice que estos barbones se dicen materialistas... bueno, siempre hay tiempo para arrepentirse pero sería bueno que alguien les avise a los fieles que aún quedan que hay una nueva encíclica. De paso les avisan que Human Rigths Watch condenó tanto a los EEUU como a Cuba por reiteradas violaciones a los DDHH. Silvio Rodriguez, quizá en un acto de constricción, fue a cantarle a los presos de la isla sus empalagosas canciones. Tuvo mucho trabajo ya que son OCHENTA MIL PRESOS los que tiene la isla, el doble de los que tenemos en Chile para cuatro millones más de habitantes que en Cuba, y ya la cifra de nosotros es escandalosa. Por ese dato muchos deben dar explicaciones sobre todos aquellos que dicen que en Chile el neoliberalismo es el causante de tanta "delincuencia". Si fuera así, yo prefiero el neoliberalismo aunque hoy estemos peor y mañana... seguramente aún peor.