lunes, 27 de agosto de 2007

Caridad

Utopías Capitalistas.



En el artículo anterior afirmé que las opciones capitalistas son: La socialdemócrata, la liberal y la neo liberal. Junto con ello señalé que el capitalismo, en cualquiera de sus variantes aseguraba una vida mejor para la humanidad en su conjunto tanto a corto como mediano plazo, en comparación a un cambio de rumbo experimental, pero que conducía a un inevitable colapso a largo plazo. Este colapso puede ser adelantado si se lo combina con otros factores.

Desde luego que las Ciencias Sociales no han avanzado, y quizá nunca lo hagan, en la dirección de obtener la predicción de los eventos, pero el saber acumulado disponible rebosa en evidencia de algunas cuestiones al menos: Que la humanidad cambia y que ese cambio es producto de una crisis y genera otra crisis; que el cambio no es necesariamente para mejor; y que ningún sistema político, económico, jurídico, religioso o moral es eterno.

Entonces señalar que el capitalismo colapsará puede entenderse nada más que en su acepción retórica, o sofistica si se prefiere, pero también puede ser comprendida la afirmación en el sentido de que las externalidades negativas que produce el sistema capitalista (los costos ambientales y sociales) lo puedan tornar ingobernable y que dicha crisis deje a la humanidad al garete.

No sabemos cuándo ni cómo, pero sí sabemos que no hay mal que dure mil años ni sociedad que lo aguante, y que las gastadas ideologías que intentan obtener la legitimidad del sistema a fin de evitar los costos de la coacción fallecerán junto con los cuarentones convencidos que aún quedan.

El resto de la población, incluyendo nuestra generación y la que nos secunda, habita en un abismo ideológico y sobrevive gracias a un individualismo selvático, a un instinto de supervivencia en estado puro, sin creer en la sociedad, en sus gobernantes, en el sistema económico en el cual trabajan y consumen, en sus Dioses, y en la posibilidad de transformar el mundo.

Cada cierto tiempo, se deja seducir por algo o por alguien, pero el encantamiento dura un instante y luego se desvanece como todo lo sólido que ha visto difuminarse en su corta vida.

Pero el conformismo de supervivencia de nuestra generación no nos dice nada de lo que pasará con el resto de las generaciones, las cuales pueden entender ese vacío ideológico como el principio de nuevas ideas y valores, y por cierto una nueva crítica.

Y cualquier crítica por más liviana que sea llega a la sobrexplotación de los bosques y los océanos, al trabajo infantil, al trabajo adulto asimilable a la esclavitud, al hambre y la pobreza, a la polución, a la guerra, a los ejércitos, a las cárceles, a los loqueros y a las policías.

Del diagnóstico adecuado sólo queda la organización, y que la organización resultante se procure los medios adecuados para obtener el triunfo.

Nada dice que el sistema se retirará a los cuarteles de invierno cuando sea interpelado, entonces tales movilizaciones serán enfrentamientos, y enfrentamientos cada vez más sangrientos a medida que se fortalezca la posición de los críticos y se debilite la del sistema. El resultado de esa brega es incierto, pero si se origina como producto de una movilización de carácter mundial no cabe duda que habrán muchas víctimas independiente del resultado.

El caso del colapso ambiental es distinto. No pienso que los resultados divulgados por los Al Goristas sean ciertos, pero sí contienen algo de verdad.

Ya a fines de los sesenta la lluvia ácida obligó a que los europeos se plantearan estos temas en serio. El resultado del ambientalismo ha sido el abandono del programa de progresismo industrial promovido globalmente desde el término de la segunda gran guerra, hasta llegar a la economía pos industrial de la actualidad.

Si bien el término no es el más feliz, la economía pos industrial refiere a un sistema productivo en que los bienes materiales son menos valorados que los bienes inmateriales o puramente intelectuales, esto permite el predominio de economías desindustrializadas (es decir, carente de complejos industriales productores de bienes corporales) sobre otras altamente industrializadas, por ejemplo Finlandia sobre Brasil.

Esto obliga a los países desarrollados a tolerar una alta cesantía dentro de sus fronteras no de una forma transitoria sino que definitiva y en ascenso. Por otro lado los grandes complejos industriales, que producen todas las chucherías que requiere el mundo, se sitúan en donde el valor de la mano de obra sea más barata y se explota a los obreros al estilo inglés del siglo XIX. Estos grandes complejos industriales son metalmecánicos y químicos pero también mineros, pesqueros, silvoagropecuarios y proveedores de servicios.

El resto de la población, que ni siquiera puede optar a que se lo explote en las industrias, queda librado a su suerte en un momento de la historia en que se encuentra prohibida la caza y en que tampoco existen animales que cazar.

Nada nos dice que esta situación pueda resolverse dentro del sistema capitalista, ya que la racionalidad del capital, incrementada a niveles inimaginables gracias a la informática, sólo da para pensar en que el propio sistema buscará el método de hacerse sustentable socialmente para no sucumbir, eso mientras las personas no hagan suyos esos mismos recursos informáticos y puedan racionalizar el descontento común en la forma de una organización política global.

Del mismo modo la crisis ambiental no amenaza ni al sistema ni a la humanidad, sólo hará aún más precaria nuestra calidad de vida. Las crisis que promete si no logran ser manejadas adecuadamente por el sistema nos llevarán a un caos que hasta lo puede hacer caer, pero caer a un abismo y con todos nosotros adentro. Ya que el objetivo primordial de los capitalistas es que el barco no se hunda, hoy se encuentran movilizados para evitar el colapso regulando de antemano la crisis ambiental que se adviene. Y cómo en cualquier orden de cosas, el hilo se corta por lo más delgado, y serán los pobres quienes pagarán el costo de la crisis que sea.

Utopías:

Pero los cuarentones convencidos aún nos dicen que el Neoliberalismo, el Liberalismo o la Socialdemocracia, pueden revertir la tendencia del capitalismo hacia el abismo.

Sus argumentos son meros autos de fe que no convencen a nadie pero el negocio de ellos es que los breves arrebatos de credulidad que padecemos los mortales les permitan defender el statu quo, con unas tenues variaciones cosméticas.

Pero la sustentación del sistema requiere algo más que esos breves arrebatos de credulidad. El sistema requiere que se crea efectivamente en él o la antijuricidad resultante desnuda ante todos al gobierno y a sus agencias como meros recaudadores de impuestos de un ejército invasor.

¿Porqué nombro al Liberalismo en esta triada y no incluyo otras opciones igualmente capitalistas como el militarismo o el integrismo religioso? Porque pienso que el Liberalismo, muy ya nadie se diga a sí liberal, es el género que perfectamente engloba a las tres primeras como a las segundas opciones a que me he referido.

El liberalismo es un cristianismo laico que apela a las acciones de los individuos como si ellos por sí mismos, pudieran sustraerse a los condicionamientos de un sistema económico - político.

El resultado son continuos sermones en uno y otro sentido, escarmentando a los que van a misa por los que no van; a los que dan limosna por quienes la evitan; y a quienes creen que los individuos se dan una sociedad por quienes piensan que la sociedad produce a los individuos.

Los DDHH, las ONG, la ONU y todas las organizaciones e instrumentos que intentan denunciar, conmover, visibilizar, y etc, confían en un Dios terreno que premiará sus esfuerzos y traerá la justicia que existe en sus cabezas a la cruda realidad.

Pero nunca se cuestionan si esos esfuerzos van en la dirección adecuada o si tamaña dilapidación de energía no hace más que coadyuvar al sistema a gestionar sus excrecencias de modo que se mantengan bajo la suela de sus zapatos.

Y si todo falla, el sistema no dudará de darle la bendición a cualquier caudillo o a cualquier profeta que asegure no minar el barco o remar a un lugar distinto.

Sólo la superación del modo de pensar místico que adolecen muchos críticos puede sentar las bases para plantearse utopías razonables mediante las cuales obtener adhesiones y así pasar de las ideas a los hechos.

Neoliberales y Socialdemócratas.

Muchos sofistas actualmente señalan que no existen derecha e izquierda. Claro, es posible también llegar a esa conclusión si uno señala de antemano que la Derecha es la defensa reaccionaria del antiguo régimen y la izquierda, el comunismo soviético. Ambos extremos se encuentran bien enterrados y nadie los echa de menos pero se sigue definiendo a los neo liberales y a los socialdemócratas por su cercanía genealógica con cada uno de estos polos.

Los liberales se opusieron al antiguo régimen y los combatieron hasta prácticamente eliminarlos de la política. Por otra parte, los socialdemócratas son y fueron liberales que aprendieron la jerga izquierdista para convencer a las masas oprimidas y capitalizarlo políticamente.

El Comunismo Soviético por su parte, se inspira en la crítica liberal que hace Marx al liberalismo: El hombre tiene derechos inalienables que el Capitalismo viola, por ejemplo, la teoría de la plusvalía ya la había defendido Santo Tomás de Aquino fundamentándola en el derecho que tiene el hombre de hacerse dueño del fruto de su trabajo, pero ¿porqué el hombre tiene derecho a ese producto? Ya que la ciencia impide una respuesta se apuesta por la moral: El hombre DEBE ser dueño de su producción, lo que no significa otra cosa que exigirle al liberalismo el respeto de sus propias normas fundamentales como el de la Accesión que deriva del Derecho Romano.

Pero aunque moralmente fuera liberal, el modo de llevar a la práctica la moral liberal que encontró el comunismo fue el de obligar a los ciudadanos a que se comportaran de acuerdo la moral definida de antemano por la cúpula. Para quienes han entendido la liberación del hombre el horizonte de la izquierda, la U.R.S.S se sitúa en las antípodas. Su colapso y el posterior desmascaramiento de China como una de las economías capitalistas más importantes demuestra que si existieron los polos de Derecha e Izquierda estos nunca fueron U.R.S.S versus occidente, sino que la connivencia capitalista de la U.R.S.S y occidente (y luego de China) tuvo siempre la misión de acumular el poder en unos pocos y ese es hoy el antiguo régimen al que se debe combatir.

La diferencia entre los Socialdemócratas y los Neoliberales se produce sólo en el nivel en que los segundos, serios historiadores de la economía soviética, intentan evitar las distorsiones económicas que produce el querer vender al sistema capitalista como un sistema justo, y apuestan por el reconocimiento y la defensa de esa injusticia. Por otro lado, los socialdemócratas harán todo lo posible para convocar a un electorado menos aterrizado y que cree fielmente en que un par de leyes puede hacer la diferencia, y les darán el gusto en la forma, descontándoles por planilla y ad eternum sus arrebatos populistas.

Ambos, capitalistas. Ambos liberales. Jamás tendrán en su agenda el cambio social sino que sólo el llegar un día al timón y sacarse fotos con el capitán del barco.

jueves, 23 de agosto de 2007

Mes de la Solidaridad.


El Mundo que Tenemos y su Transformación.



En un artículo anterior señalé que debía pensarse en un nuevo orden que pudiera desjerarquizar a la sociedad y a la vez, alimentar a todos los habitantes.

Dicha afirmación parece liviana si se la compara con los mega proyectos defendidos desde el siglo XVIII; desmedida, para los micro proyectos defendidos desde finales de los sesenta; y anacrónica, según el pensamiento oficial y su crítica actuales: Es que proponer un horizonte y una senda se ha tenido en los últimos lustros como tarea de una especie distinta a la humana, a Dioses que habitaban otro mundo y que insistimos en reinterpretar, releer y glosar.

Apostar por un nuevo mundo, a pesar que el antiguo y el actual fue y es creado por hombres, debe ser majaderamente presentado como POSIBLE, cómo si llevar sondas a Plutón no nos hubieran ilustrado lo suficiente sobre nuestras capacidades ilimitadas.
Pero se insistirá nuevamente en que la historia del hombre ha sido la lucha de clases y que por lo tanto, el gran salto técnico del hombre no tiene una contrapartida en cómo el hombre se trata a sí mismo y a su especie. Pero los mismos santos y beatos de la izquierda dicen que habían sociedades primitivas en que tales conflictos no existían y que por lo tanto existe un precedente: Hay que revisar en qué parte de la suma nos equivocamos, corregir, volver a sumar y ya está.
Ni lo uno ni lo otro, el desarrollo técnico se ha obtenido gracias a la monopolización de unos del trabajo de todos los hombres, de todas las épocas. Cambiar esa estructura fundamental obliga a abandonar en parte tal desarrollo técnico.
Abandonar el desarrollo técnico no sólo implica poner fin a la venta de chucherías sino que evitar la cura a enfermedades por las cuales hoy se mueren personas sólo en casos extremos; a maravillosos sistemas de riego y cultivo que posibilitan alimentarse a seis veces más personas que en los tiempos en que vivía Marx; a sistemas de información que posibilitarían una difusión del conocimiento acumulado que sería considerado Utopico por los Enciclopedistas.
Es que la crítica al mundo existente debe partir por el reconocimiento de aquellas bondades que él tiene y que no debemos tranzar ni poner en riesgo bajo ninguna circunstancia.
Lo dicho es muy distinto a decir que vivimos en el paraíso o que el desarrollo de nuestro sistema capitalista mediante la consecución del programa neoliberal, liberal o socialdemócrata pueda llevarnos a solución de los problemas que advertimos con el sólo hecho de salir de nuestras casas o de ver la televisión; o que la solución pasa por improvisar un sistema anticapitalista o contracapitalista.
La solución segunda es más calamitosa que cada una de las primeras pues trae aparejada a la experimientación con humanos a gran escala todos los males del caos. Pero la consecución del programa capitalista si bien conduce a una sustentabilidad mayor a corto y mediano plazo, promete un caos similar o peor a largo plazo: Tomar en serio ese programa consiste en asumir por racional el disminuir la velocidad de un vehículo impulsado hacia desbarrancarse, sin considerar las opciones de frenar o de cambiar la trayectoria.

¿Frenar? la sociedad es como los escualos y si se detiene se hunde; ¿Cambiar la trayectoria? ...dicen que es mala educación responder una pregunta con otra pero, qué mas se puede ante interrogantes como ésta: ¿Existe acaso una trayectoria distinta a las opciones neoliberales, liberales o socialdemócratas? Dicho de otro modo, ¿existe una alternativa al barranco a largo plazo?
Desjerarquizar y alimentar es una finalidad, un horizonte válido, más no dice nada de los medios que deben emplearse, no aporta nada sobre el sendero y por lo tanto no es un argumento válido para cambiar la trayectoria hacia el barranco. Sin embargo, viajar consiste en ir de un lugar a otro eligiendo el trayecto, lo otro se llama vagar: Si no tenemos claro un destino difícilmente elegiremos medios adecuados para alcanzarlo.
Hasta aquí, tautología. Más bien, todo lo dicho debería ser de perogrullo pero no lo es porque la izquierda - aquellos que se sienten y dicen de izquierda - y que no son ni socialdemocrátas ni liberales, lejos de haberse puesto de acuerdo en un horizonte común consideran que es inapropiado siquiera planteárselo. De este modo colaboran por defecto en la consecución de la trayectoria hacia el barranco.
¿Manisfestarse contra el Trabajo e irnos a vivir todos a Alemania? ¿Parasitar de un nuevo sujeto histórico inventado por las elites alternativas denominado Multitud? (Para sustituir a otro sujeto histórico inventado por las elites alternativas del pasado y denominado Proletariado) ¿Confundirlo todo para que nada sea verdad o mentira? ¿Cambiar el mundo sin tocar al Poder? ¿Coser y cantar mientras confiamos en que los ciclos Kondratief harán el trabajo sucio? ¿Abrir las cárceles y los manicomios?
¿Será necesario juntarse una vez más en Porto Alegre para buscar convergencia entre esas descabelladas opciones? Será necesario otro Jamboree si además esas descabelladas opciones son mezcladas impúdicamente con otras capitalistas, de las tres especies, y otras regresivo- personalistas, populistas y militaristas.
Quizá, buscarse una palmera frondosa y una playa tranquila para tocar el ukelele, no sea una opción despreciable. Quizá, disfrutar de la vida con todas sus contradicciones y frivolidades sea menos objetable que seguir apostando por caballos cojos, de todos modos, de este juego nadie va a salir vivo.
Estado, Sociedad y Mercado:
El presupuesto de muchas Universidades, Centros de Estudio, Editoriales y Académicos depende de la separación del hombre en distintas partículas y su investigación obsesiva pero por separado.
Eso permite que se divida el Derecho, la Sociología y la Económía, y con ello, la estructura jerárquica del poder político podamos conciliarla con una sociedad formalmente democrática en que sólo unos son los dueños y todos los demás debemos trabajar para ellos.
Sin embargo unos son dueños por que el Derecho, el lenguaje del poder político, defiende su propiedad y consagra las normas laborales; y se hacen filas para votar porque el Derecho regula la intervención de los formalmente libres en aquellas cosas que no importan. Todos sabemos qué ocurre si esas normas jurídicas son sobrepasadas: "Se llama a la caballería".
En suma, unos pocos detentan el poder político en el mundo y utilizan todas las formas existentes para conservarlo y acrecentarlo. Dinero es poder, y por lo tanto lo que define al capitalismo no es la acumulación de Dinero sino que la acumulación de poder.
Esa acumulación es gradual y es esa gradualidad la que estructura a la sociedad en forma jerárquica.
Sin embargo la ideología jurídica liberal dice que todos SOMOS iguales, los Estados son iguales entre sí, y que todos tenemos Derecho al desarrollo de todas nuestras potencialidades, y que Santa Claus visitará a todos los niños para la Navidad...
...Mientras, los grandes pensadores de la sociedad confunden el Derecho con la Ideología Liberal y llaman a la ciudadanía a organizarse para luchar por modos menos evidentes de explotación; en tanto los mercados, regulados por manos invisibles escurriendo sangre, llevan todo el sudor de la humanidad al molino de unos pocos bolsillos.
Si el poder es quien hace la diferencia, las opciones se dividen para los explotados, en tomar el poder para tornarse en explotadores o buscar el modo de desjerarquizar, redistribuyendo el poder de modo que el discurso liberal aceptado como válido por la mayoría de las personas se transforme en realidad.
Pero la distribución del poder impediría que muchos de los sistemas productivos conocidos fueran posibles y su debacle puede ser más funesta que el criminal statu quo.
Es por eso que proponer un horizonte no implica proponer de inmediato un sendero, pero permite enfocar la discusión tanto hacia la convergencia o discrepancia en el horizonte propuesto, como en el sendero adecuado a seguir en ese largo viaje.
lunes, 13 de agosto de 2007

Meritocracia.

Dinero y Política: Relaciones Incestuosas.




Desde las elecciones presidenciales pasadas el tema del dinero y su relación con la política se encuentran en la palestra. Esto porque el candidato opositor en segunda vuelta a Bachelet, Sebastián Piñera, es un empresario exitoso: Tan exitoso que dispone de una de las fortunas más grandes del país.

Sin embargo, antes de la candidatura de Piñera el tema ya se había discutido extensamente a propósito de la ley de financiamiento de las candidaturas. En aquellos tiempos quedaba claro que se debía regular el aporte privado a las campañas y subsidiar a los candidatos que no tuvieran tanta llegada con los más ricos. El resultado ha sido una ley ecléctica que se aplica ligeramente y que ha inducido a que algunos estén lucrando directamente con fondos públicos con total impunidad; la ley de la selva, que regía anteriormente, era igualmente injusta que la actual pero reflejaba con mayor honestidad las relaciones entre política y dinero.

¿Qué se le puede reprochar a Piñera? Belisario Velasco, siendo Ministro, recibiendo sueldo de Ministro, tiene negocios en Cuba; Allende mientras era senador por las provincias nortinas era accionista de empresas salitreras; Hirsh, el candidato de la Izquierda Extraparlamentaria es un empresario, igual que Piñera, y el que sea un empresario quebrado y fracasado no le da título alguno a criticar la actividad del opositor.

La objeción que pondrán a tal argumento es el de las magnitudes: No es malo ser empresario, lo malo es ser multimillonario.

Tal argumento es muy difícil de defender puesto que el dinero que obtiene, todo empresario, es producto de la explotación de los trabajadores y en cuestiones morales - si es bueno o malo ser empresario - las magnitudes no importan.

El sistema económico nos sitúa a todos los seres humanos en los bandos de los explotadores y los explotados y los políticos, cualquiera sea su bandera, siempre SIEMPRE van estar del lado de los explotadores... Dejen explicar tal afirmación antes de que la sangre llegue al río: Vivir de la esperanza de los otros, de decir que representamos a otros, que abogamos por el más allá o el más acá exige recursos y si dispensamos nuestro tiempo en esas actividades es porque logramos obtener esos recursos de otro lugar que del trabajo puesto que el trabajo es la venta de nuestro tiempo útil.

Pero acusar a los "grandes empresarios" parece un negocio rentable a corto plazo y desde todos lados se critica a quienes tienen más dinero que otros explotadores. Tal discurso es promovido por muchos explotadores que parece que respiran aún por la herida.

Piñera, aburrido y con justa razón, de ser tratado como el niño símbolo de la plutocracia, le espetó a sus críticos que era más digno ser empresario, dar empleos miserables y chupar la sangre a otros que vivir gracias a lo que el papito fisco les provea. Lagos Wea, sin que nadie lo obligara, tomó el fierro caliente y respondió que era un "servidor público y no un vago". Hasta ahí para la Gaviota en Viña del Mar.

El mismo aludido aparte de lucrar hasta hoy del dedo de su padre exhibido hace 19 años ha metido la mano directamente en arcas fiscales como en sus posgrados vacacionales jamás concluidos o en la caída del puente Loncomilla en que todos los chilenos pagaron la externalidad negativa de su negocio de prefabricado de hormigones.

Da para pensar que la virulencia de Lagos W contra Piñera se explica en que las condiciones tanto o más favorables del primero le impiden obtener la fortuna del segundo. No creo que eso tenga que ver con que Lagitos W dé más propina en el Liguria o que le pague sueldos éticos a sus jardineros.

Y la demagogia de los críticos impide visualizar la demagogia del criticado: Cuando se discutió lo del sueldo a las dueñas de casa, Tatansito Piñera propuso que el fisco pagara una cotización previsional por ellas para volcar más fondos públicos en las AFP y de ese modo las grandes empresas obtuvieran más dinero barato; ahora que se discute lo del sueldo ético, a propósito del Obispo Goic, nuevamente se sube arriba del piano y dice que el fisco debe subsidiar para garantizar un ingreso mínimo familiar.

Dichas propuestas en el papel resultan posibles y financiables pero no son acompañadas de otras que propongan mecanismos para transferir recursos desde los ricos a los pobres sino que otro medio de nivelar a los pobres hacia abajo.

Desde luego que el populismo del gobierno de turno le impide criticar el populismo opositor pero los ricos, con mayores competencias técnicas que los pobres, sí reconocen esas "sutilezas" y eso es lo que explica que prefieran poner sus fichas sobre el color de la Concertación que en el de la Alianza.

Como saben que para gobernar no hacen falta carguitos, financian a aquellos que viven de la teta del fisco y luego les cobran "de un modo en que no se pueden resistir". Esa es la verdad de la milanesa y todo lo demás es aire.

Pero Piñera, como puede financiar por sí sólo la campaña, se manda solo, y eso rompe la Omertá que define a la política Chilena desde el 12 de Febrero de 1541.

Sólo la izquierda extraparlamentaria dirá si el plan de Piñera se materializa, pues fueron ellos quienes le dieron el triunfo a Lagos y a Bachelet.

Y si Piñera gana, necesitará muchos proxenetas fiscales; y aquellas golondrinas migrarán sin que nada las detenga.

Con Pinochet muerto la estrategia de apelar a la izquierda Pinochefílica se debilita y el único barco por quemar que le queda a la Concertación es seguir aturdiendo al electorado con una crítica a la pleurexia de unos: Cómo si ellos fueran "servidores públicos" por bolita de dulce.

Medios y Fines.


Se ha criticado majaderamente a los medios de comunicación. Se les ha acusado de distorsionar, manipular o de agendar la vida de las personas para satisfacer los intereses de los poderosos.

Pero, ¿Qué son los medios de comunicación? ¿resolvería los problemas adjudicados a ellos la creación o fortalecimiento de medios de comunicación alternativos a los existentes?

Los medios son usados para divulgar las ideas de unos a otros cuando no es posible o no es deseable la instantánea interacción, es decir, median en la comunicación.

El desarrollo tecnológico posibilitó que dichos medios sirvieran para que cada vez menos emisores dirigieran mensajes a cada vez más receptores y que ambos grupos de personas se disociaran cada vez más.

Aunque los emisores crearan intencionadamente sus mensajes para seducir a la mayoría, el monopolio de la cámara, del micrófono, del papel o de la tinta los alejó de la realidad del auditorio y su preocupación se centró en nada más que llamar su atención.

Y es esa atención la que permite que esos medios financien el micrófono, la cámara, el papel y la tinta, puesto que el negocio de los medios consiste en vender a los seducidos por los mensajes a los avisadores para que les oferten sus productos.

La creciente disminución de los precios de los insumos para los medios ha llevado a muchos a vaticinar el fin de los medios de comunicación, al menos, como los conocemos hace cien años.

Tamaña transformación permitiría que muchos pudieran crear mensajes y que los receptores puedan acceder a una infinidad de contenidos. Aún más, que los roles de emisor y receptor se intercambien o que se desdibujen.

Entre las consecuencias de lo anterior está el fin de la censura y con ella, de las suspicacias acerca de la manipulación o tematización de la realidad.

Pero la democratización de los medios permite el surgimiento de nuevas comunidades, agrupadas por intereses comunes o por afinidades que pueden reproducirse en disyunción a otras.

Las instituciones destinadas a forjar una identidad común dentro de los Estados Nacionales: Colegios, Iglesias, Universidades, evidenciaran en un breve plazo la ausencia de una plaza pública que permita crear una cultura común y si la democratización en comento se consolida, con ella lo haría una simplificación de los idiomas que permita una interacción global y la jerga de los iniciados en las comunidades configurara una segunda lengua riquísima pero impenetrable.

Si la intención, la finalidad, de algunos consiste en transformar nuestro sistema económico de modo de emancipar al humano de la lucha con los demás humanos, es evidente que se requiere que exista una plaza común en dónde ello se pueda discutir, un micrófono que se pueda conquistar para seducir con un mensaje a un auditorio del porte del mundo.

Sujetos, sujetos al sistema económico existente, reproduciéndose culturalmente en disyunción unos a otros, permite que la sempiterna comunidad de los ricos pueda controlar con mayor eficiencia los conflictos sociales de que lo puede hacer hoy con los medios tradicionales puesto que no serán ellos implicados en la manipulación o la tematización: La infinitud de mensajes y de idiomas lo hará por sí misma; el sufrimiento de los africanos que nos obliga a ver hoy la CNN puede desaparecer, y un desarrollo extensivo de la Internet junto con posibilitar el trabajo y consumo desde la casa, ayudará a que muchos eviten contemplar el sufrimiento de sus propios vecinos.

La disyunción de las comunidades evita que se increpen mutuamente y que se convengan formas universales para validar los contenidos que circulan en los medios y que las nuevas comunidades descansen en falsedades imperceptibles para ellos y obvias para cualquiera en nuestra sociedad con todos los defectos existentes.

Ya que los medios sólo son una forma la mera promoción de los "alternativos" frente a los medios de masas actuales no puede verse como un avance o como un retroceso en la emancipación de la humanidad si es que no le añadimos a los medios fines concretos que deben asumir y una planificación que permita regular la migración tecnológica. Es decir, más importante que crear medios alternativos es el crear fines alternativos y planificaciones alternativas que permitan apropiarse de las nuevas tecnologías y prefigurar la nueva sociedad que resulte de la nueva interacción, de modo que esta se acerque en vez que se aleje de la emancipación humana.

El Estado del Arte.


El Metro de Santiago convoca este año una vez más al concurso literario "Santiago en Cien Palabras". El premio consiste en un viaje a las Olimpiadas de Beijin.

Existe un pobre fomento estatal tanto a los deportistas como a los literatos, por eso sorprende este fomento especial a los literatos deportistas, a los deportistas literatos o a los literatos deporte voyeristas.

Pero ya es la sexta vez que se convoca a este concurso y los breves textos que alcanzan para leerse en lo que llega un carro en la hora pico incrementan la fatiga física y espiritual de quienes se aglomeran desde y hacia sus jornadas esclavistas.

Y qué decir de esos mamarrachos llamados "nanometrajes", concurso simultaneo, que premia la capacidad de decir menos en menos tiempo.

Bueno, los genios creativos de estos concursos son los mismos a quienes se les ocurrió "bombardear" la moneda con "poesía". Claro, la vanalidad de la poesía arrojada hacía recordar con nostalgia a los Hawker Hunter.

Pero ese fue un hito en nuestra reciente historia cultural. Casi una década de sanquismo y batucadas tiene plagada a las esquinas de saltimbanquis hambrientos.

Eso ha sido el arte fomentado por nuestro Estado, pues el arte siempre ha sido financiado por el príncipe. Eso y nada más ha sido: Saltibanquis, tambolireros, y estafadores emocionales.

Cada vez que se asignan nuevos fondos debemos soportar, una vez más, a la Di Girólamo, a los Panchos Reyes y a los Bodenhofer.

Porque la mala distribución de los ingresos en Chile opera a todo nivel y cuando lo que define es el gusto de unos, ellos tienden a dirimir mediante la amistocracia. Y el gremio mejor remunerado es el de los felatelistas de elección.

El aumento del consumo cultural de los chilenos contrasta con las barbaridades estéticas que se permiten: Esos barrios pequeñitos que disponen de más recursos que Sierra Leona, son diseñados por arquitectos que debieran ser perseguidos criminalmente por la UNESCO. Y sin embargo son comprados y quienes viven en esos enclaves los sienten como propios.

Y qué decir de las cajas de zapatos que se erigen por el centro de Santiago, esas buhardillas de acero, hormigón y plástico, tan insípidas, tan agresivas con el entorno, que la Villa Portales aparece como un paraíso.

Las oficinas son similares y todos esos mamarrachos se venden, y a precios altísimos; el derecho a vivir en el infierno gris y mimetizado en él.

Pero el arte, la literatura y la arquitectura siempre han estado y van a estar en controversia. Lo que no puede estarlo es su relación con el poder y con el dinero, y que influye en cómo pensamos y sentimos el mundo.

¿Basta un marco para definir la obra? ¿Basta un propósito loable? ¿O es la técnica quien la sigue conceptuando?

Sin jugarnos por ninguna de ellas, sin apostar siquiera por una producción nacional, nuestro Estado financia a un ministerio completo para que pasee a los Jaivas de Arica a Punta Arenas, sin olvidar la Isla de Pascua.

Sin identidad, sin un contenido, sin una mínima competitividad, el arte se reduce al exhibicionismo de las hipersensibilidades de los niñitos más sensibles de las familias más pudientes; a sus neurosis y sus delirios; a su glosa permanente de lo que no comprenden ni vivencian y que de los dientes hacia fuera envidian.

La Tragedia del Desclasamiento.


Culturalmente al menos, nuestra pequeña sociedad es Aristocrática, es decir todos conscientemente quieren ser como los ricos.

Los simplistas culparan otra vez al chivo expiatorio de la época: Los medios de comunicación de masas y en especial a la televisión.

Aunque la cultura surja de las clases subalternas y así ha sido siempre, los pobres carecen también de las herramientas conceptuales para comprender el fenómeno y se encuentran al garete como en tantos otros asuntos.

El resultado de esto es que los pobres que logran salir un par de cuadras de los barriales y de las casas de sus ancestros, comienzan a decorar sus casas con afiches de películas que no han visto o fotografias en blanco y negro que no dicen nada de ellos ni de los fotografiados.

Todo comienza con una súbita repulsa al pisco y en especial a la piscola: Esto no tiene que ver con un resabio de curaderas insoportables en una playa del litoral central, ni con cañas de antología en la vía publica o en una comisaría, no, se presenta como la materialización de un instinto que desconocíamos similar al que lleva a los insectos a reproducirse.

Esto que comienza con una reconversión etílica, prosigue en una reconversión estética y semántica que obliga a cambiar la caja de vino por botellas, el vaso empavonado por copas, el plato con pichanga por unas insípidas zanahorias, etc.

Es cierto que en la tele se habla de suchi desde el matinal hasta la última serie soft porno de trasnoche, pero cierto es también que nadie ha ido a protestar por ello.

Mientras la cultura surge abajo y se copia de arriba, los pobres que emergen dejan su cultura en la última entrevista de trabajo fracasada, en el último examen reprobado o el último crédito rechazado, e intentan replicar la cultura de segunda mano que exuda una clase alta cada vez más mitológica que verídica.

Y los cuicos mientras harán todo lo posible por sentirse guachacas.

Y aunque dentro de nosotros siempre estén aquellas calcetas blancas, esas canciones cebollas retumben en nuestras cabezas y queramos silvarlas todo el día... nos reprimiremos lo suficiente como para convencer a nuestros vecinos que también somos unos desclasados.

25.05.2007
martes, 7 de agosto de 2007

Hacia una Nueva "Cuestión Social".


La "Cuestión Social" no se trató de un colapso del sistema capitalista sino que de una estrategia de las elites destinada a evitar ese colapso.

Las "leyes económicas" llevadas a ultranza por los liberales del siglo XIX fueron reinterpretadas a la luz de imperativos morales ajenos a la oferta y la demanda pero coincidentes con los intereses a largo plazo de los capitalistas.

Desde luego que que el colapso al cual me refiero no conlleva necesariamente a una sustitución del sistema capitalista por uno alterno; hasta el momento esta crisis ha desembocado en una sustitución de la clase dirigente como en el caso de los "socialismos reales" o el surgimiento de legislaciones "sociales" destinadas a contener el descontento de los oprimidos.

En Chile luego del conflicto de los trabajadores Subcontratados y Subempleados del cobre, la Iglesia Católica ha puesto sobre la mesa la urgencia de un sueldo ético de $250 000.- mensuales (aproximadamente 550 dólares de los EEUU)

Desde luego que es difícil comprender el razonamiento de la Iglesia a la hora de fijar, mediante la caprichosa e inexacta ética, un monto que casi duplica el sueldo mínimo legal, pero es fácil comprender las intenciones que se ocultan tras esta iniciativa.

El sueldo mínimo legal en Chile se encuentra fijado gracias a los viejos estándares Ricardianos: Un poco menos de lo suficiente para que coman, se vistan y se reproduzcan de modo que lleguen el día lunes al trabajo con hambre, pero lleguen.

Aún así los Chilenos deben trabajar mucho más de lo legal para obtener estos ingresos y gran parte de ellos se encuentran trabajando "al negro" o a cuenta propia lo que impide todo respeto por las normas laborales incluidas las del ingreso mínimo y las previsionales.

Pero la Iglesia insta amigablemente al empresariado nacional a pagar sueldos éticos que pese a doblar casi el sueldo mínimo no se alejan en mucho al cálculo Ricardiano.

El interés de la Iglesia es similar al que tenía en la época del Rerum Novarum: Evitar que el barco se hunda.

Desde luego que Chile no es el mundo y por lo tanto, al hablar de una nueva Cuestión Social el llamado de la Iglesia Católica Chilena es marginal. Pero se inscribe en la larga lista de esfuerzos teóricos y políticos dedicados a relegitimar al régimen.

Ejemplos sobran así como dirigentes de izquierda radicales que los compran en verde o de segunda mano para incorporarlos a su colección de "causitas" que les permiten subsistir políticamente.